La visión del proyecto es la formación de un motor pedagógico para el crecimiento regenerativo de la educación. Orgánico. Comunitario. Con amor por la enseñanza, la técnica y la educación. De la mano con la comprensión, distinguiendo fines y medios.
A medida que nos vamos encontrando y reconociendo, esta visión se concretiza en talleres, ciclos de formación, conversaciones, producción de material de referencia, publicaciones y demás formas de encuentro.
La propuesta pedagógica gira alrededor de la práctica y la técnica para el juego, quitando el foco de la utilidad, la deriva, la ganancia. Y configura los medios de manera que que haya lugar para todo el mundo, para un crecimiento rizomático, nodal, sostenible.
Nos reconocemos en una época que pide regeneración.
La disociación entre diferentes áreas y estadíos de la educación a través una compartimentalización que sirve a la rentabilidad o masificación y no a la enseñanza, facilitó que hoy confundamos educación con instrucción, estudio con práctica y certificación con realización.
Queremos sembrar otro tipo de espacio educativo, centrado en la práctica y el grupo, flexible por diseño, donde el proceso educativo mismo sea al menos tan importante como su resultado.
Entendemos el juego como germen de la educación y de la creatividad, que ocurre en la naturaleza espontánea y consistentemente con un rol didáctico: cada especie juega como le va a ser propio trabajar en su edad adulta. Y juego es también el proceso de ensayo y autoperfeccionamiento: la actitud del ajedrecista, de la artista marcial, de un músico, de una gimnasta, que practica, ensaya y estudia, a fin de cuentas, para la partida, el enfrentamiento, la improvisación o la performarce.
El juego nos impulsa a la investigación, a aprender a aprender, independientemente de la forma que tome. Nos muestra horizontes, que reclaman caminos.
Una educación al servicio de la productividad mercantilista no podrá dejar nunca de comparar y cuantificar, ni de organizar el deber en función de metas y expectativas preestablecidas, con la ansiedad que inevitablemente entraña. Educar en función de la empleabilidad tiene su lugar, pero no puede ser todos los lugares. Cuando se practica y se investiga por visión, y no por imposición, es que el verdadero aprendizaje tiene lugar, el que se siente como descubrir, no como adquirir.
Enseñamos, en principio, programación, matemática, ilustración digital y otras técnicas cercanas al desarrollo de videojuegos , porque es el ámbito y contexto concreto donde el proyecto se originó. Pero esperamos eventualmente dar la bienvenida a talleres de música, circo, ciencias, huerta y más. Enseñamos computación, sistemas e informática como campos del conocimiento creativo, no como instrumentos de lucro, provecho y rendimiento.
Desde Ludidactas, buscamos acometer esta labor desde una perspectiva lúdica y didáctica (de allí nuestro nombre), pues creemos que atendiendo al proceso didáctico-pedagógico podemos regenerar el tejido creativo. Para nosotros es importante cultivar la capacidad de hacer, no mediante procedimientos mecánicos, sino mediante el juego como via para enseñar con mayor inmunidad a los síntomas de la repetición inadvertida.
Uno de los desafíos que se nos presenta a los educadores en la actualidad es la creciente disociación entre diferentes áreas de la enseñanza en todos los niveles educativos. Sumado a esto, actualmente experienciamos una progresiva influencia de la tecnología en todas las áreas del conocimiento y esferas sociales.
Entendemos el juego como germen de la educación y de la creatividad, que ocurre en la naturaleza espontánea y consistentemente con un rol didáctico: cada especie juega como le va a ser propio trabajar en su edad adulta.
El juego es un proceso de ensayo y autoperfeccionamiento: la actitud del ajedrecista, de la artista marcial, de un músico, de una gimnasta, que practica, ensaya y estudia, a fin de cuentas, para la partida, el enfrentamiento, la improvisación o la performarce.
Consideramos las áreas de computación, sistemas e informática como campos que exceden por mucho las computadoras electrónicas y el software. Por ello enseñamos, en principio, programación, matemática, ilustración digital y otras aptitudes que colaboren al sostén de los procesos pedagógicos. Pero esperamos eventualmente dar la bienvenida a talleres de música, circo, ciencias, huerta y más.
Nuestra perspectiva lúdica y didáctica (de allí nuestro nombre), pues creemos que atendiendo al proceso de transmisión de saberes podemos nutrir el poder creativo del aprendizaje. Para nosotros es importante cultivar la capacidad de hacer, no mediante procedimientos mecánicos, sino mediante el juego como via para enseñar con mayor inmunidad a los síntomas de la repetición inadvertida.